Comencé mi viaje por la madriguera del conejo de la turboalimentación en 2017 con la intención de impulsar mi Jeep de la manera correcta. Fue una experiencia de aprendizaje de todos los sistemas que forman parte de un vehículo de inducción forzada, incluido el sistema de combustible, el encendido, las tuberías del turbo y el ajuste. Ahora, en 2023, mi Jeep Cherokee 1997 turboalimentado está en su quinta evolución, incorporando toda la experiencia que he adquirido yo mismo y de otras personas con ideas afines en los últimos años. A través de este blog, espero compartir mi experiencia en la conversión de un Jeep Cherokee en un auto de carrera completo.